El primero cuenta con la ventaja de venir preinstalado en las diversas versiones del sistema operativo Windows, con lo que copa todos aquellos equipos en los que el usuario carece de una motivación clara para sustituir el navegador predeterminado.
El segundo ha ido ganando adeptos a lo largo de sus sucesivas versiones y ha pasado de ser una opción relativamente minoritaria a encumbrarse como un software de difusión masiva, capaz de competir de igual a igual con el estándar de Microsoft. Lo cierto es que ambos incorporan excelentes opciones, pese a que, como se verá a continuación, cada uno de ellos posee sus ventajas y sus inconvenientes.
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